Era el principio del cuento, y yo ya intuía el final.
Un día que significaba mucho para mi, pero descubrí que para él no.
Tanto tiempo llevaba esperando aquel momento, y tan solo duro setenta días.
Setenta días bastante intensos, de los cuales no me puedo quejar.
Pero vi que le importaba una mierda.
A pesar de todo lo sufrido, intente borrarle de mi cabeza para siempre, pero era imposible.
Cada día me voy dando cuenta que me gusta más y más.
Creo que no me voy a dar por vencida, hasta que te des cuenta de lo soy capaz por amor.
Si hace falta, yo te regalo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario